31 octubre 2010

...

"...Uno se pregunta por qué permanecemos fieles a nuestras expectativas.
Porque lo que esperamos es lo que nos mantiene firmes.
De pie.
Inmóviles.
Lo esperado es sólo el comienzo.
Lo inesperado, es lo que nos cambia la vida."

[Grey's Anatomy]


28 octubre 2010

...so today!


"...De las cosas del querer solo sé que no sé nada.
De las cosas del querer solo sé que nada sé..."

[No sé estar enamorado - Jarabe de Palo]

20 octubre 2010

...debería estar mirando hacia otra parte.

Cómo se siente ya la llegada del otoño. La semana infernal del cambio estacional. Espero el autobús. Con el frío calado hasta los huesos. La nariz que parece un grifo abierto. Bufanda enrrollada a malas vueltas alrededor de eso que los demás pueden llamar garganta. Ahí viene. Al menos la espera ha sido corta. Está el mismo chico. El de los ojos bonitos. Me siento al frente. Como siempre, yo de espaldas, a contracorriente del resto del mundo. Lo veo. Lo examino. Piercing en el labio. Bosteza y deja al descubierto otro en la lengua. Es un crío. Todo un nene. ¡Por Dios! Debería estar mirando hacia otra parte. El señor de allí. Sus cabellos rizados. La señora de allá. Su expresión de enfado. La chica de allí. Con su música y sus cosas del colegio. O la de aquí. Que reparte codazos mientras intenta sacar su libro del bolso. Pero no lo puedo evitar. Me pregunto si tendrá las manos bonitas. Siempre que lo veo las tiene en los bolsillos de la chaqueta. Mira hacia adelante. Luego la parte de atrás de la chica que se baja en la próxima parada. Ahora a la ventana, hacia afuera. Bosteza de nuevo. El señor que está atrapado en el reloj del autobús nos informa que son las 8:15 horas del 20 de octubre de 2010. Yo sigo en mi estudio. Unos minutos más y será el fin. Chaqueta oscura, impermeable. Jeans con bolsillos laterales. Algo en el izquierdo. La mochila del colegio. Tan evidentemente vacía como suelen llevarla los chicos. Zapatos de colores. Gris. Negro. Blanco. Trenzas amarillo fluorescente. Cabello castaño. Liso. Cejas pobladas. La mirada al frente. Los ojos redondos como platos. De un marrón bastante peculiar. Ojeras. El colegio siempre las da. Labios carnosos, en la medida justa. Tengo que recordarme que es un crío. Le llevaré, sin dudarlo, unos diez años. Como mínimo. Sin embargo, él me lleva mucho más que diez centímetros. Saca una mano. ¡Ajá! Al fin. Dedos largos. Manos bonitas. Masculinas. Limpias. Coge su mochila. Se va. No sin antes dejar otro detalle a la vista. El pantalón va, como los tiempos, muy por debajo de donde debería estar realmente. Y revela más de lo que, a su edad, debería mostrar. Una señora se sienta en su puesto. No ha dejado ni que se enfríe. Cabello color chocolate. Cejas asombrosamente castaño oscuro, muy oscuro. Mal depiladas. Ojos enormes. Labios rojos. Abertura entre los dientes. Su expresión facial me hace reprenderme a mí misma. Me da un poco de miedo. Y es que me lo tengo merecido. Por fisgona. Por andar estudiando a los demás. De verdad, tengo mucho que aprender. Debería estar mirando hacia otra parte.