18 febrero 2011

...dejar de ser la presentadora de este circo.

Dejar de coleccionar especímenes que flotan en el vacío de las circunstancias. En un mar alado de malos recuerdos, que navega y surca los aires sin rumbo ni destino. Dejar de rememorar recuerdos antiguos que se pierden en la masa de tu cerebro. Dejar de saborear olores por el simple placer y gusto de hacerlo. Dejar de llorar cada vez que cruzo la esquina. Dejar de abrir más los ojos para que quepan más lágrimas, y que ninguna se lance al vacío.

Vacío es lo que siento. Vacío es lo que tengo.

Unas manos vacías. Cuadernos vacíos. Historias vacías, con principio y sin final. Ideas vacías que van y vienen, que ríen y sueñan, que luego despiertan. Dolor vacío. Del que duele y no convence. Orgullo vacío. Del que ni tú mismo te crees. Conversaciones vacías. Gente vacía. Lugares vacíos. Mis bolsillos vacíos.

Dejar de hacer notas mentales. Dejar de imaginar historias imposibles. Dejar de ser la chica de este, la amante de aquel, la hija del que se fue. Dejar de mirar. Bajar del autobús. Dejar de ser la que dejan. Dejar de recolectar animales salvajes que se pierden en la jungla por la que diariamente camino.

Dejar de intentar el amaestrar pulgas. Ellas brincan y bailan a su ritmo. "Niet te doen!". Dejar de meter mi cabeza en la boca del león. Dejar de reír por chistes vacíos. Dejar de pintar mi cara para camuflarme en el show. Abandonar la costumbre de dejar que los payasos jueguen conmigo.

Dejar que el viento arrastre todo. Dejar que el agua corra por los cuerpos. Que caiga el maquillaje. Que la ropa se haga insoportablemente pesada. Deshacerme de todo. Lo que no hace falta. Lo que no se usa. Lo que no sirve. Lo que no devuelve. Lo que no responde.

Entregarme al vacío. Aventurarme en él. Saber qué se siente. Acariciar su espacio. Oír su eco. Oler su presencia. Perderme. Vaciarme.

Dejar de ser "buenecita". Porque no quiero serlo.
Dejar de ser aquella a quien dejan con las manos vacías.


...dejar de ser la presentadora de este circo.

02 febrero 2011

"...para Germán, en quien habla la luz."

"Querido Germán:
(...) creí que debía esperar el momento oportuno. Pero temo no poder estar aquí cuando llegue.
Esto es lo que tengo que decirte. Nunca he conocido a ningún pintor con mayor talento que tú, Germán. Tú no lo sabes todavía ni lo puedes entender, pero está en tí y mi único mérito ha sido reconocerlo. He aprendido más de ti de lo que tú has aprendido de mí, sin tú saberlo (...) La luz habla en tí, Germán. Los demás sólo escuchamos..."

["Marina" de Carlos Ruiz Zafón. Pág 67]

No, no son mis palabras. Pero están escritas casi para la misma persona. Un german singular como ninguno. Particular como nadie. Y tan único como el más grande.
Porque en tí mi querido germanh también habla la luz, siempre.

Feliz cumpleaños.