29 mayo 2011

...el día uno

[...tengo todo por no querer más nada
y el foco se detiene en la calma morada.
regreso de soñar
y es tan beautiful, como lo pensás...
Gustavo Cerati - Beautiful]

El momento cero. Ese en el que sin dudarlo te enfundas en tu traje de valiente, te inyectas una necesaria dosis de fuerza y tomas una decisión que, probablemente, te cambia para siempre.

Ahora bien, luego de un momento cero, siempre viene un momento uno. Ese en el que el miedo te invade. Ese en el que te preguntas una y otra vez, ininterrumpidamente, "¿qué hice?". Ese en el que te cuestionas actitudes y decisiones. Ese en el que vuelves a ser un niño pequeño perdido en una tienda por departamentos en busca de la mano de tu madre.

Personalmente, considero el momento uno como el peor de todos. El miedo. El pánico. El sentimiento en la garganta. El no saber si ha valido o valdrá la pena.

Supongo que las respuestas, y el panorama completo, se van aclarando a medida que vienen los siguientes momentos. Esos en los que cobra sentido todo. Esos en los que te falta la respiración porque lloras sin saber por qué y, lo peor de todo, sin poder parar.

Ayer, después de estar mes y medio atrapada en mi momento cero, al fin llegué al momento uno. Bajé de un avión en Rotterdam, llamé a mi mamá para decirle que estaba bien. Y esperé. Esperé ese camino a la nueva casa. Y finalmente, al llegar y subir, me desplomé. Me hice un mar de lágrimas incontrolables que se escondían en una almohada que hizo el viaje conmigo. El cansancio hizo el sueño y luego unos ojos hinchados despertaron en un nuevo hogar. Nueva cama. Nuevo cuarto. Nueva vida.

La lluvia trajo al día. Salió el sol. Y poco a poco esos cambios que ayer parecían tan drásticos y tan insensibles dejaron de serlo para convertirse en una solución al trago amargo. Hoy un nuevo idioma me da la bienvenida a esa nueva vida que tanto había esperado.

Y ahora estoy en el momento dos. Sin saber exactamente cuál es.
Sigo siendo Cindy, pero... Estoy en Holanda. Vivo en Holanda.
Dejo de soñar para perseguir mi sueño. Para vivir mi sueño.
Todo lo que siempre quise, está aquí. No tengo nada y sin embargo lo tengo todo.
Mucho me falta.
Pero ya dejó de ser el día uno.