26 febrero 2010

...espécimen # 3

Mi propia Tortilla de Patatas.
Mi versión del español.

Una buena Tortilla de Patatas debe seguir la receta española. Yo con este espécimen seguí otras cosas. Impulsos. Y esos son ingredientes para nada confiables.

Aunque empezamos con pie torpe y lento, con una mala historia a cuestas y mucha distancia de por medio, la cosa funcionaba bien. Con él sentí y viví de forma adulta. En definitiva, cambié.

El 4 de enero de 2008 me embarqué en un autobus de Alsa para irme a Zaragoza. Así sin más. Sólo porque no aguantaba más las ganas de conocerlo personalmente. De ponerle cara y cuerpo a ese nombre que tanto me repetía. De ver los ingredientes que hasta ese momento se habían estado cocinando a fuego lento. Sin temor puedo decir que han sido los cuatro días de mi vida en que más me he sentido mujer.

A Carlos lo conocí por sus fotografías. Cada una era arte. Y mientras él hacía lo que hace mejor, yo le regalaba miles de palabras. Lo único que yo sé hacer decentemente bien. Él me inspiraba. Y nunca escribí como esas veces. Era obvio. Todos se daban cuenta. Nunca alabaron tanto mis letras. Nunca tuve mejor tema. Todo giraba y de forma mágica encajaba. El diccionario se me hacía pequeño. Las horas insuficientes.

Sin embargo, diez años de diferencia eran mucho. Y la presión se hacía insoportable. Un peso demasiado grande para una bolsa tan pequeña. Y yo sucumbía.

Ya en España la cosa no fue distinta. Incluso estando los dos en la misma tierra, nos perdimos. Me rebajé diez años yo sola. Y le di la razón. Fui más pequeña. Mentalmente. Me convertí de nuevo en una niña. Malcriada. Prepotente. Irracional. Con esas mismas palabras que un día le dediqué a muerte, con esas que le grabé a fuego, lo mandé a volar. Lo aparté de mi. Lo borré de mi historia.

Un tiempo después apareció de nuevo. La alarma se disparó otra vez. Y me rebajé aún más. Terminé de caer. Y dos años más tarde, un mismo 4 de enero fue completamente contrario a ese primero.

Ahora le va bien. Eso me hace bien a mi. Supongo que está en buenas manos. Y yo sigo con la manía de verlo volver imaginariamente. Sé que no lo hará. Y aún así lo espero. O quizás no.

Hoy la tortilla de patatas se me hace insoportable. Y es que mi versión me la hice con huevos pochos y con patatas pasadas.
Y así, ninguna receta funciona.

No hay comentarios: