30 diciembre 2010

...porque desde ahora comienza la cuenta regresiva.

...y aquí estoy, un 30 de diciembre, 16.38h, pensando en las cosas que uno quiere y que , cuando llegan, te afectan más de lo que piensas.

Ella llevaba once años trabajando en la agencia. Puedo asegurar que en más de una ocasión quiso salir corriendo de aquí y mandar todo a la mierda. Más de una vez la oí gritando por los pasillos, presa de una indignación más fuerte que ella, de una rabieta que se la comía. Sin embargo hoy la veo llorando. No sé si por tristeza o por felicidad. O por ambas. No sé si por miedo o por expectativa. O ambos.

Sólo sé que me hace pensar en esas cosas que tanto queremos, en eso que tanto deseamos, en eso que cuando llega no sabemos asimilar. Pienso en todas las veces que he querido salir corriendo de aquí. Todas las palabrotas que he vociferado mañanas o tardes. Pienso en las lágrimas que han corrido por mis mejillas maldiciendo todo esto, todo lo que me ha pasado este año, el anterior a este también. Pienso en cuando he querido devolverme a mi país, por miedo, por impotencia, por resignación, por buscar un lugar que sé tampoco estará allí esperándome si decido volver.

Cuando voy a su despacho a despedirme, la veo con los ojos llenos de lágrimas atrapadas. Me regala unas buenas palabras. Me infunde ánimo para seguir aquí. Me dice que lo estoy haciendo bien. Me da dos besos. Me despido.

Cabizbaja vuelvo a mi despacho, a mi mesa. Y me prometo a mi misma no perder la calma, pensar en que más pronto de lo que pienso yo también estaré despidiéndome, porque será hora de volver a partir. De recoger mis cosas una vez más y salir con la cabeza en alto aún cuando sienta que la vida la llevo atada y arrastrando detrás de los pies. Me prometo pensar en este momento cada vez que quiera llorar, cada vez que quiera vociferar, cada vez que me pase por la cabeza el absurdo de volver a Caracas.

Aquí estoy, un 30 de diciembre, 16.54h, pensando en las cosas que uno quiere y que, cuando llegan, te afectan más de lo que piensas. En esta nota no habrá propósitos de año nuevo. Esos nunca los cumplo. Esto es sólo un post-it mental. Un recordatorio al cual volver en los malos momentos. Este será el espejo al cual mirar cuando pierda el rumbo, porque me hará pensar en lo que debo construir de ahora en adelante. Y porque, por muy mal que lo pase a ratos, sé que algo extrañaré de aquí cuando me vaya. Esto es sólo mi promesa. Una promesa para mi misma.

...porque desde ahora comienza la cuenta regresiva.

2 comentarios:

Unknown dijo...

ya estas en cuenta regresiva así que lo queda en el futuro es el despegue y tranquila que la plataforma de lanzamiento es firme y aguanta :)

*abrazo*

hijo dijo...

grande! ojalá yo también sepa reconocerlo, cuando llegue mi momento