08 marzo 2010

...cansada

No quiero escribir cosas tristes. No me gusta hacerlo. Prefiero leer y reír por una ironía o una frase sarcástica utilizada al punto. Me gusta dejarme llevar por lo que sueltan mis dedos. Y nunca saber a dónde voy a parar sino hasta el último punto y final.

Pero he tocado fondo. Emocionalmente llevo una caída tras otra desde el año pasado. E incluso caídas literales. De esas que hacen pupa y que sólo se curan con puntos y reposo.

El año pasado fue, sin duda y por mucho, el peor año de mis veinticuatro años. Y de ilusa pensé que toda la mala pava y la mala racha terminaría exactamente el 31 de diciembre. Pero otra vez me equivoqué. Ha seguido día tras día en éste año. En estos tres meses.

He ido a entrevistas y nada. He enviado millones de currículum y nada. Y sinceramente ya no sé qué hacer.

Terminé de caer.

El jueves tengo la tercera entrevista para un trabajo que no me entusiasma en lo absoluto. Y lo peor es que ya estoy resignada a la decisión. Si me eligen no me queda otra que trabajar allí. Tengo un mes más de paro. En teoría, el 10 de abril es el día en que me lo pagan y hasta ese día podría estar sin trabajo. Pero todo es teórico. En la práctica tengo un crédito y un alquiler mensual que pagar. Eso sin mencionar mis gastos comunes, el ayudar a mi mamá y ayudar a Kevin.

Sé que muchas de las cosas que tengo como responsabilidades no deberían serlo. Pero me las he adjudicado yo sola. Y no tengo más remedio que lidiar con ellas. No hay más opción. No puedo echarme para atrás en mitad de la autopista. Y sin embargo tampoco puedo seguir contando las monedas o los billetes para ver cuánto me queda para aguantar hasta final de mes. Y me duele.

Me duele tener que aceptar un trabajo que no quiero aceptar. Me duele tener que estacionar mi carrera por más tiempo. Dejarla agarrando polvo. Volver a los tiempos en que no hay tiempo para la fotografía. Retornar a la época en que el cansancio me vencía cada noche y en que los fines de semana no eran más que polvo en la tormenta, pues no alcanzaban para nada.

Las responsabilidades apestan.
Yo quisiera volver a ser niña.
Porque de verdad, de ser adulta, ya estoy cansada.

No hay comentarios: