09 abril 2010

...espécimen # 6

[Someday, when my life has passed me by,
I'll lay around and wonder why
you were always there for me]

El hombre perfecto se me escapó de las manos.

Es quizás una de las pocas personas a quienes le puedo decir que le quiero. Sin vergüenza alguna. Sin reparos. Y éstos dos últimos años lo he extrañado como loca. El poder llamarlo a las tantas de la noche para hablar con él. Horas y horas sin importar más nada. Esperarlo y comer un helado. Hablar y reírnos del absurdo y de todo lo que nos rodea. Sus buenos consejos. Él.

En el 97 me cambiaron de colegio. Empezaba la secundaria. Era la nueva en un colegio tan grande que se me hacía frío e impersonal. Esos cinco años fueron lo peor que me ha pasado en la vida. Odiaba el colegio. Odiaba a la gente. Él fue uno de mis primeros amigos. Iba dos años por delante de mí. Y aún así, me ofreció su amistad. Sin importar que fuera la nueva. Que fuera menor. Que dijeran lo que decían de mí.

Y así fuimos creciendo. Pero cuando se fue a la universidad me quedó un vacío gigante. No estaba para protegerme del resto. Y ya el contacto no era el mismo. Cuando tuvo su primera novia seria, casi muero. Los celos me mataban.

Siempre estuve enamorada de él. Y no era secreto. Sólo que nunca nos sincronizamos y nunca funcionamos. Íbamos a ritmos distintos. Nada acompasados. Siempre fue el chico perfecto. Siempre lo ha sido. Y siempre lo será. Inteligente. Autodidacta. Deportista. Músico. Amigo. Y yo, por mi parte, siempre he sido desastre y siempre lo seré.

Con Luis no hubo historia triste. Fuimos noviecitos en algún momento. Pasaron muchas más cosas. Se dijeron otras tantas. Y aún así, a pesar de todo, seguimos siendo amigos. Todo fue como en slow motion. Todo se dio poco a poco. Así lo recuerdo.

Hoy está con su mujer perfecta. Con planes de cambio de vida. Con planes de matrimonio. Con sus millones de planos mentales que construirá poco a poco como el arquitecto de vida que siempre ha sido.

Lo admiro como a nadie. Creo que es la mejor persona que he conocido nunca. Y lo extraño tanto que se me hace inaguantable no tenerle cerca. Lo extraño. Repito: ¡Lo extraño! Y quisiera gritarlo tan fuerte hasta que me oyera y regresara a mi lado. Para protegerme como siempre lo hizo. Para quererme. Para escucharme.

Sé que seguirá allí. Y yo seguiré aquí. Preguntándome por qué siempre ha estado para mí.
Y recordándome a mí misma que el hombre perfecto se me escapó de las manos.
De la vida. Y del mapa.

1 comentario:

Unknown dijo...

mosca! que no sabes que otros hombres perfectos te esperen en el camino