["...Solía preocuparme mucho sobre qué sería cuando creciera.
Cuánto dinero ganaría o si algún día sería exitoso.
A veces lo que más deseas no sucede.
Y a veces lo que menos esperabas se hace realidad..."
*Olvidé dónde vi esta cita, cuando lo recuerde, actualizaré]
Cuánto dinero ganaría o si algún día sería exitoso.
A veces lo que más deseas no sucede.
Y a veces lo que menos esperabas se hace realidad..."
*Olvidé dónde vi esta cita, cuando lo recuerde, actualizaré]
Hoy por hoy, con dos oleadas de huida a la espalda, sólo me preocupa salir adelante.
Cuando iba a España, tenía la ilusión de que llegaría a un país del primer mundo a estudiar fotografía, cosa que en Venezuela era casi imposible. Pensaba en que sería alguien importante a fuerza de trabajo y algo de suerte (de esa que en mi país hacía falta por temporadas). Soñaba con fotos importantes. Portadas de revistas. Exposiciones en galerías. Una casa para mi mamá. Y todo. Todo por delante. Luego esos ideales tan "idealistas" se fueron por el caño. Entendí que no llegaría a ninguna parte con ninguna de mis dos "carreras". Porque eran más un hobbie que cualquier otra cosa. Entendí que, aunque me comiera la cabeza tratando de explicarme, siempre sería una inmigrante. De tierra de nadie. Punto pelota. Entendí que debía dejar gustos de lados y seguir adelante haciendo cosas que no me gustaban. Dejé la cámara de lado. Y caminé. Seguí y seguí. Hasta que me asquée.
Hoy estoy en Holanda. Me vine esta vez sin aspiraciones. Sin mayores expectativas. Sólo la aventura. Mejorar un idioma. Valerme del nativo. Volver al comienzo del juego. A mis raíces. A la cuna de mi apellido. Hacerle justicia al esfuerzo. Ese que también comienza con E de Engberts.
Ya no me preocupa qué seré cuando crezca. Ni tampoco cuánto dinero ganaré o si algún día seré exitosa. Por mi experiencia, lo que más deseas no sucede. Sin ánimo de ser pesimista. Y a veces lo que menos esperabas se hace realidad. Yo no quiero esperar más. Quiero vivir tranquila, en un lugar que me guste y que me respete. Que no atente contra lo que soy o lo que quiero ser. Sólo cruzo los dedos por un poco de suerte. Y un trabajo que me de lo suficiente para comer.
Hoy por hoy, con dos oleadas de huida a la espalda, sólo me preocupa salir adelante.
Cuando iba a España, tenía la ilusión de que llegaría a un país del primer mundo a estudiar fotografía, cosa que en Venezuela era casi imposible. Pensaba en que sería alguien importante a fuerza de trabajo y algo de suerte (de esa que en mi país hacía falta por temporadas). Soñaba con fotos importantes. Portadas de revistas. Exposiciones en galerías. Una casa para mi mamá. Y todo. Todo por delante. Luego esos ideales tan "idealistas" se fueron por el caño. Entendí que no llegaría a ninguna parte con ninguna de mis dos "carreras". Porque eran más un hobbie que cualquier otra cosa. Entendí que, aunque me comiera la cabeza tratando de explicarme, siempre sería una inmigrante. De tierra de nadie. Punto pelota. Entendí que debía dejar gustos de lados y seguir adelante haciendo cosas que no me gustaban. Dejé la cámara de lado. Y caminé. Seguí y seguí. Hasta que me asquée.
Hoy estoy en Holanda. Me vine esta vez sin aspiraciones. Sin mayores expectativas. Sólo la aventura. Mejorar un idioma. Valerme del nativo. Volver al comienzo del juego. A mis raíces. A la cuna de mi apellido. Hacerle justicia al esfuerzo. Ese que también comienza con E de Engberts.
Ya no me preocupa qué seré cuando crezca. Ni tampoco cuánto dinero ganaré o si algún día seré exitosa. Por mi experiencia, lo que más deseas no sucede. Sin ánimo de ser pesimista. Y a veces lo que menos esperabas se hace realidad. Yo no quiero esperar más. Quiero vivir tranquila, en un lugar que me guste y que me respete. Que no atente contra lo que soy o lo que quiero ser. Sólo cruzo los dedos por un poco de suerte. Y un trabajo que me de lo suficiente para comer.
Hoy por hoy, con dos oleadas de huida a la espalda, sólo me preocupa salir adelante.
1 comentario:
que sí, que las cosas llegan
Publicar un comentario